Pienso, luego pregunto.

Como titular de este blog y siendo mi deseo que en él participen otras personas, hoy tengo el honor de presentarles el artículo del Sr. Román, amigo de este mundo virtual, el cual, al preguntarle como debía presentarlo, respondió textualmente: Prefiero que digas que soy un parado inútil que tiene los cojones hinchados de convivir con las dos cosas que no tienen límites, la ambición y la estupidez, y que para combatir esas dos cosas, espero aprender de quien sea y no aspirar a más espacio que el que necesito para respirar. Y sin más les dejo con él.

Pienso, luego pregunto.
Debemos reflexionar. No puede ser que la sola desaparición de un individuo, aunque sea todo un presidente, vaya a resolver los problemas que están sobre la mesa y bajo la mesa.
Mi reflexión es la siguiente: ¿Por qué, de buenas a primeras, tantos foros se expresan en el mismo sentido?, la salida de Zapatero. ¿Qué ha ocasionado que tanta gente quieran deshacerse de él?, ¿A quién beneficia su salida?, ¿A quién perjudica su permanencia?, ¿Quién creen que debería ocupar su lugar?, ¿Quién va irremediablemente a ocupar su lugar?, ¿Por qué, si todos saben, según las encuestas, que saldrá del gobierno, están tan entusiasmados en seguir cargando sobre él?, ¿De qué sirve cargar sobre él?, si no es porque es precisamente esa, la fórmula elegida por sus enemigos para llegar al objetivo, que es separarlo de sus seguidores.
Si como cualquier simple observador podía imaginarse, la inminente caída en la crisis mundial no era una cosa desconocida por Zapatero, ¿Para qué hubiera servido una intervención temprana suya, sino para provocar una huida masiva de capitales?, ¿Quiénes de los que hoy lo señalan, no hubiera saltado a los medios diciendo que sus declaraciones y su política, habían precipitado los acontecimientos?, ¿Es que defender la solvencia del sistema financiero español en aquellos momentos, cosa de la que no puede sentirse orgulloso el quintacolumnista Aznar y sus acólitos, no era una obligación del gobierno?, ¿Es que dedicar buena parte de las finanzas del estado en sostener el sistema financiero, sin que los obreros pasen hambre, no era una obligación asumida solo por un gobierno socialista?, ¿No es sospechoso que los medios usen grandes titulares cuando hablan de los “parados de Zapatero”, cuando Zapatero no tiene ninguna empresa que tire los trabajadores a la calle? Los cuatro millones de personas están en la calle porque en una década de ininterrumpidas ganancias, los poderes fácticos no han sido capaces de predecir lo que se les venía encima… ¿O sí lo sabían?

Román